La ruta de los 4 grandes
- Brogger
- 10 ene 2020
- 3 Min. de lectura
Si de sueños me hablan, creo que uno que tuve toda la vida fue conocer los lugares icónicos la música de Europa. Pero no sólo las calles o lugares que se nombraban en las canciones de muchas de las bandas del rock. Había algo más grande que eso. Los Beatles eran aquello que me ataba a la visita.
En mi viaje anterior, ya había ido a Abbey Road en Londres, un sueño hecho realidad, y había pasado por delante de la casa de Paul McCartney. Este año, con Londres como destino previo a Liverpool, decidí subir un poco la apuesta. Fuimos a Abbey Road de vuelta, pero esta vez con un ukelele, Allí, a pesar de no haber podido entrar en los estudios, desembolsé el instrumento y me puse a tocar, casi como quien no quiere la cosa, en las puertas del mítico edifico y de la mítica acera de cebra. "Something" fue el tema elegido para musicalizar ese sábado a la mañana. Hasta un par de extranjeras hasta se sacaron fotos conmigo...

El camino desde Abbey Road, después de pasar por un momento emocional, fue en dirección a la casa de Paul, pero esta vez con la firme intención de tocarle el timbre.
La puerta estaba abierta, y un muchacho estaba lavando uno de los tres autos que se encontraban en el patio frontal de la casa. Me acerqué entonces con el ukelele y le pregunte si Paul se encontraba allí. Le dije que era mi ídolo y que quería tocar un par de temas con él. El hombre, un poco nervioso y sin entender la situación, nos comentó que no estaba en su casa, que el casi nunca lo veía y que además, vivía al lado. Esto era mentira, por lo que intuí que las primeras dos declaraciones también lo eran. Lamentablemente, no pudimos quedarnos más así que nos fuimos, pero el intento había sido hecho. Londres no nos dio mucho más contenido Beatle, aunque sabíamos que en Liverpool encontraríamos más sobre ellos. Su ciudad de Origen.
La ciudad portuaria fue nuestro último destino del viaje. La primera noche la caminamos y cumplí ahí otro de mis sueños: asistir a un concierto en The Cavern. El histórico bar en le que los Beatles tocaron durante todos sus primeros años de carrera está remodelado, aunque es exactamente igual a como era en los años 50 y 60’. Dos pisos bajo tierra, un lugar que bien podría ser el sótano de una casa, pero donde hay música por todos lados. Desde los cuadros de las paredes con los históricos que por allí pasaron, pasando por la onda de la gente, hasta las bandas que tocan arriba del escenario. Estuvimos un rato corto porque uno de mis amigos no se sentía bien, pero fue suficiente para emocionarme.


El día siguiente seguimos nuestro tour Beatle con destino a Penny Lane. El bondi nos dejó ahí, caminamos toda la calle buscando las referencias de la canción con el mismo nombre, y luego nuestro camino continuó con un último destino, porque el tiempo apremiaba y los planes también: Strawberry Fields.
El ex orfanato donde John Lennon jugaba cuando era chico reabrió sus puertas como una sede del Salvation Army, con un edifico más moderno que homenajea a Los Beatles y los históricos jardines para todo aquel que quiera visitar. El cartel de la puerta es el mismo, aunque la gente deja sus mensajes ahí (como en cada lugar donde hay algo de los Beatles). El Liverpool jugaba un rato más tarde, por lo que finalmente volvimos al hotel.
Dejamos pendientes el museo, las casas de los Beatles en sus respectivas infancias, y alguna que otra cosa más. Pero todo lo importante estaba tachado de la lista. Los Beatles son la banda más importante de mi vida, quienes marcaron mi historia y hasta mi forma de ser. Haber estado en lugares que fueron historia viva, no me deja más opción que decir que soy un privilegiado.
By: Nico Péés Labory
Instagram: @nicopees
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