Cómo conocimos a Bielsa - PARTE 1
- Brogger
- 18 abr 2020
- 4 Min. de lectura
Todo el propósito del viaje había girado, desde el minuto cero, en torno a un objetivo.
Obviamente, nada de lo que habíamos vivido hasta ese momento crucial se vería opacado si no podíamos cumplirlo, porque toda la idea había empezado en “modo chiste”, y terminó convirtiéndose en una odisea increíble en la que ver al Leeds y conocer a Bielsa eran tan sólo el final perfecto. Si no lo lográbamos, mala suerte. Pero si de alguna forma podíamos alcanzarlo, las cuentas ya estaban tachadas.

Desde el momento en el que confirmamos los pasajes, nos pusimos en campaña para conseguir las entradas para ver al equipo sensación inglés (además de todas las entradas de todos los partidos que pudiéramos encontrar en el continente). En los 17 días que íbamos a estar en Europa, pasaríamos por tres fines de semana: en uno no habría fútbol por Fecha FIFA, pero logramos rebuscárnoslas para conseguir ir a ver el único partido de toda la ciudad de Londres de ese fin de semana: El Leyton Orient ante el Walsall, ambos de la Cuarta División. Llegamos tarde porque nos confundimos de hora, pero vimos lo mejor (aunque eso quedará para otra historia). El fin de semana siguiente, no pudimos coincidir con ningún encuentro: analizamos todos los fixtures de todas las divisiones del continente, pero se nos hizo imposible encontrar un partido cerca de las ciudades en las que nos íbamos a encontrar por esos días (Amsterdam y Dublin). Sin embargo, en el calendario del siguiente sábado pudimos detectar finalmente el partido que estábamos buscando, el que más nos importaba de todos: el del Leeds del Loco Bielsa. Con todos los pasajes sacados, estábamos rezando para que el equipo jugase de local. La suerte no nos sonrió con eso, pero sin embargo nos hizo un guiño ya que el partido sería en Sheffield, a algunos kilómetros de Leeds, lo que hacía posible un ir y volver en el mismo día sin ningún problema. Ahora, sólo faltaba conseguir las entradas. El periplo por los tickets empezó mediante redes sociales y averiguaciones oficiales. Un par de meses antes, empezamos a ver cuánto saldrían las entradas, cuándo estarían a la venta, cómo haríamos para ir a Sheffield y volver, y otras cuestiones relacionadas. Ya teníamos todo preparado para hacernos con las entradas, cuando una notificación en la página oficial del Leeds nos dio un golpe duro de digerir: debido a la trascendencia del partido (era uno de los clásicos de Yorkshire) las entradas para visitantes sólo serían vendidas aquellos socios que hubiesen asistido a 5 o más partidos del torneo. Nuestras ilusiones empezaron de a poco a desvanecerse; flaqueamos, pero seguimos intentando de otras formas.
Nuestras ilusiones empezaron de a poco a desvanecerse; flaqueamos, pero seguimos intentando de otras formas.
A través de nuestra página de instagram en la que hablábamos del viaje, empezamos a seguir y a contactar a las páginas de fans del equipo (y también del equipo rival, el Sheffield Wednesday, porque esas entradas también servían). En Twitter rastreamos algunas páginas de reventa, sin suerte porque las mismas se activaban más llegada la fecha de partido. Estuvimos un par de semanas así, a la deriva, mientras el viaje se acercaba. Un día, glorioso día, un mensaje llegó a la casilla del Instagram. La página LeedsFans había investigado un poco nuestro perfil después de recibir nuestro Follow, y le interesaba saber un poco más sobre nosotros. Empezamos a hablar con el administrador de la misma, Sam Isles, un socio fanático del Leeds de 21 años, estudiante de Comunicación como nosotros tres. Estaba como loco porque lo asombraba el hecho de que tres argentinos viajaran a su ciudad tan sólo para ver a su equipo y a su técnico, al que también amaba. Conociendo nuestra situación complicada con las entradas después de que se la contáramos, Sam empezó a colaborar y ayudarnos haciendo todo lo posible desde su parte para que pudiésemos asistir al partido. Nos pasó tres contactos dentro del club para que nos contactaramos informándoles acerca de nuestra situación. Dos de ellos no contestaron; el tercero era Stix, uno de los hombres más queridos por los jugadores del plantel, y el principal responsable de que un mes después estuviésemos sentados en Hillsborough mirando al Leeds de Bielsa.
El 25 de septiembre, 18 días antes de partir de Buenos Aires a Londres, le envié un mail bien redactado y con sentimiento genuino relatándole nuestra historia, quiénes éramos y qué iríamos a hacer a Inglaterra. Sólo 7 minutos tardó Stix en contestar. Nos dijo que sería difícil tanto conseguir entradas como llevarnos a conocer a Bielsa por ser un partido de visitante en el que ellos no se encargaban de nada, pero nos pidió que nos mantuviéramos en contacto para poder ver si algo se podía hacer, más cerca de la fecha señalada. Ese mismo día hubo un par de mails más con averiguaciones y pedidos de información, que finalizaron con nuestro salvador anunciando algo que nos dejó con buenas sensaciones a futuro.
“Nicolás, ya le conté a Marcelo sobre ustedes. Veremos qué podemos hacer”.
La semilla estaba plantada, y sólo quedaba seguir intentando por otros medios y esperar.
By: Nico Péés Labory
También disponible en formato Podcast:
https://open.spotify.com/episode/2yzvX0gVExr4BQbyIgz9ya?si=lJGTAwH_R-C03AnGmaLPcg
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