Hola, soy Nico!
- Brogger
- 3 dic 2019
- 2 Min. de lectura
Hola, soy Nico Péés Labory, tengo 22 años. Y me considero un muchacho inquieto, al que no le gusta perder el tiempo. Siempre estoy buscando cosas nuevas para hacer y mi cabeza suele ser un remolino de ideas. Viajar es una de esas cosas que siempre busco. Además, toco la guitarra y el piano como hobbie, juego al fútbol y leo bastante. A veces escribo si estoy inspirado, je.

Lo siguiente es mi breve presentación acerca de mi búsqueda:Nunca fuimos de viajar mucho con mi familia cuando éramos chicos. Los veranos a Mar del Plata, después Miramar y a lo último Jujuy eran todo lo que hacíamos (todo dentro de Argentina). Me encantaba eh, no me quejo, pero nunca pudimos permitirnos hacer un viaje más grande. Alguna vez fuimos a Corrientes a visitar familia, pero más que eso, me limitaba a los mismos destinos. Los otros viajes de mi infancia fueron con el club (rugby), de gira o con el colegio. Ahí empecé a conocer algunos lugares de un país que es inagotable en cuanto a entretenimiento turístico. Mendoza, Córdoba y Paraná.
Mi primer viaje al exterior, entonces, fue la gira a Europa cuando tenia 19 años. Viajecito para estrenar el pasaporte. Y Europa me dejó tonto. Pero tonto bien. Me despertó un sentido viajero que antes nunca había sido tan fuerte, pero que una vez que se activó, creció sin avisar. Las culturas, la arquitectura, la historia, todo lo que fue ese viaje, con el plus de que éramos casi 80 personas, fue suficiente para decidirme a intentar viajar cada vez que tuviera plata. Hoy en día, todavía me cuesta despegarme de Europa. Los siguientes dos viajes que hice fueron al viejo continente. Me encantaría conocer otros lugares del mundo, pero necesito alguien que me motive a eso, porque sino, voy a terminar cayendo siempre en Europa, je. Si hay algo que me motiva para viajar, sin embargo, es el recuerdo y lo pendiente. Me acuerdo de la calidad del viaje que tuve la última vez, y digo “che, quiero volver a sentir eso. Quiero descubrir más”. Eso es lo que me hace decir “dale, sacá el pasaje, total que perdés”. Y lo mejor de todo es que en su esencia, mis tres viajes a Europa fueron diferentes. Y sin embargo, todos fueron increíbles. Lo importante está en la forma en la que lo encaras desde un principio, porque tu mentalidad va a estar adaptada según cómo pensás llevarlo. Obviamente, el viaje va cambiando a medida que las horas pasan y nada está escrito de antemano, pero siempre el principio es importante. Todavía tengo muchos destinos pendientes en Europa, pero si tengo que decir dos ciudades que hoy en día digo que son las mejores del mundo son Londres y París. No me gusta caer en lo popular ni en los clichés, pero es la verdad. Sin embargo, hay muchas de las que fui que tranquilamente pueden competirles, aunque son más chicas e incomparables en formas: Edimburgo y Gante, en Bélgica. Por historia, arquitectura, gente, y ese "no-se-qué" que tienen las ciudades, son dos lugares en el mundo a los que hay que ir antes de morir.
Y prepárense para disfrutar, porque este va a ser un largo viaje...
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